domingo, 12 de junio de 2016

BREVE HISTORIA DE UN ACOGEDOR ENCUENTRO


Cosas inexplicables suceden mientras relojes mantienen su ritmo habitual, Constantes de la historia conservan su esencia inmutable, mientras todo aquello que creemos permanente empieza a cuestionarse en robustez y a ser vulnerable a los tenues vientos de cambio.
Me inquieta pensar cómo es frágil la vida ante pequeños sucesos, dónde todo sufre alguna transformación, que resulta  a veces imperceptible a todos los sentidos, pero en otras escasas  e inesperadas ocasiones  genera una huella tangible en cualquier dimensión del ser.
Es en estos escenarios donde se evidencia la subjetividad en la apreciación del tiempo y la intensidad de las experiencias. Se escriben historias extensas en duración pero breves en aprendizaje, mientras que en otros relatos son suficientes cortos periodos de tiempo para alcanzar profundidades inexploradas.
Tiene razón aquel acogedor ser que reflexiona sobre la infinidad del tiempo y el juego de probabilidades que se desprende alrededor de los sucesos, sin importar cuál sea la naturaleza de las decisiones que se toman, vivimos girando en la ruleta de astros sin alinearse, que nos da pequeños impulsos para llegar a los lugares donde deseamos estar.}

Resulta complejo pensar en el temor que implica la monotonía del caos y su afán inmediato de contaminar de cotidianidad todo aquello que nos hace salir de los moldes, el reto inminente es moverse al ritmo de la novedad y huir del tentador hábito de la costumbre, reescribirse alrededor de la historia e inundar de espiritualidad la ausencia de luz.

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